lunes, 2 de octubre de 2023

Reto módulo 2 INAP

 

1. Introducción:

En la historia de la igualdad de género y el avance de las mujeres en campos tradicionalmente dominados por hombres, encontramos figuras valientes y visionarias que desafiaron las barreras de género. Una de esas figuras notables fue Felisa Martín Bravo, quien destacó como la primera mujer en ingresar en el Cuerpo de Meteorólogos del Instituto Nacional de Meteorología.

2. Biografía:

Felisa Martín Bravo nació en San Sebastián el 11 de junio de 1898. Vivió en el barrio de Amara junto a sus padres Enrique y Rosalía y su hermana pequeña Rosalía. Realizó sus estudios secundarios en el Instituto General y Técnico de Gipuzkoa hasta terminar el Bachillerato. En 1918 se trasladó a Madrid para continuar con sus estudios e ingresó en la universidad para estudiar Ciencias Físicas.

Mientras cursaba sus estudios, como tantas otras estudiantes, trabajó dando clases en el Departamento de Ciencias del Instituto Escuela perteneciente a la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), con la intención de conseguir el título de profesora de instituto. En 1922, con 24 años, se licenció en Física y posteriormente se adentró en el mundo de la investigación. Durante los cuatro siguientes años, de 1922 a 1926, Felisa se especializó en el estudio de redes cristalinas con aparatos de rayos X y el último curso trabajó como ayudante en la Facultad de Ciencias. El trabajo que desarrolló en el laboratorio fue amplio. Puso en práctica el método desarrollado por los Bragg (padre e hijo) y también el de los físicos Peter Debye y Paul Scherrer, la difracción de rayos X por polvo para el estudio de las estructuras de los óxidos de niquel y colbato y del sulfuro de plomo. Este trabajo fue la base de la tesis que defendió en 1926 y que aprobó con la calificación de sobresaliente.

Felisa Martín Bravo se convirtió entonces en la primera mujer en obtener el título de doctora en Física. Fruto de aquella tesis fue un artículo especial en la historia de la cristalografía, la primera aportación escrita publicada en España sobre la materia, «Determinación de la estructura cristalina del óxido de níquel, del óxido de cobalto y el sulfuro de plomo» (1926).

En 1927 viajó al extranjero y estuvo en Connecticut y Vermont dando clases de castellano en varios institutos para señoritas. Aunque en aquella estancia de varios meses no se dedicó a la investigación, ni amplió sus conocimientos en ningún grupo de investigación, no perdió el tiempo y visitó las universidades de Harvard y Yale para conocer sus laboratorios y los avances que en ellos se daban. A la vuelta de Estados Unidos se casó con el Catedrático en Filología de la Universidad de Sevilla, José Vallejo.

Como tantos otros físicos de la época, Felisa Bravo preparó las oposiciones para acceder al Servicio Estatal de Meteorología. En 1929 comenzó su labor en el servicio de meteorología como ayudante, siendo la primera mujer en acceder al mismo, y la única hasta 1935. Mientras trabajaba de ayudante en el servicio de meteorología, continuó con su labor investigadora en el Instituto de Física y Química de la Universidad de Madrid gracias una beca de la Cátedra Cajal.

En 1932 se trasladó a la Universidad de Cambridge gracias a una beca de ampliación de estudios. En el laboratorio Cavendish ahondó en la técnicas de espectrografía de rayos X y, por recomendación de la agencia de meteorología, estudió los sistemas de sondeo atmosférico junto con el físico Charles Thomson Rees Wilson. A punto de finalizar su estancia en Cambridge, Felisa pidió una ampliación de su beca para continuar con sus estudios pero le denegaron la petición. En 1934 volvió a casa y se integró en el servicio de meteorología hasta que llegó la Guerra Civil.

3. Contribuciones a la construcción de sociedades igualitarias:

La figura de Felisa Martín Bravo es un ejemplo inspirador de cómo una persona puede desafiar las normas de género y abrir puertas para las generaciones futuras. Su valiente incursión en los campo de la física y la meteorología no solo allanó el camino para otras mujeres interesadas en seguir una carrera científica, sino que también contribuyó a cambiar las percepciones sociales sobre lo que las mujeres podían lograr.

Felisa Martín Bravo se convirtió en un símbolo de la igualdad de género y la capacidad de las mujeres para destacar en campos tradicionalmente dominados por hombres. Su historia nos recuerda la importancia de derribar las barreras de género y garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para perseguir sus pasiones y carreras.

4. Fuentes Consultadas:

·        Canalda, José Carlos: Biografías de científicos españoles

·        González Ibañez, Carlos; Santamaría García, Antonio: Física y química en la colina de los chopos. 75 años de investigación en el edificio Rockefeller del CSIC (1932-2007), CSIC, 2009, Madrid

·        Magallón Pórtoles, Carmen (2005): «Pioneras españolas en las ciencias experimentales». 100coas@Uned, 8. alea, 127-135

·        Magallón Pórtoles, Carmen (2004): «Científicas en las Sección de Rayos X del Rockefeller» in Francisco González de Posada et. al. (arg.) Actas del III Simposio «Ciencias y Técnica en España de 1898 a 1945: Cabrera, Cajal, Torres Quevedo (2001)». Amigos de la Cultura Científica, Madrid, 43-52

·        Magallón Pórtoles, Carmen (1998): Pioneras españolas en las ciencias. Las mujeres del Instituto Nacional de Física y Química. CSIC, Madrid

·        Palomares, Manuel (2015): «Las primeras mujeres en el Servicio Meteorólogico español«, Tiempo y Clima, no. 47.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Reto módulo 3 INAP

  Política Pública de Igualdad de Género basada en la Ley 3/2007 1. Presentación de la Política Pública La Ley 3/2007, del 22 de marzo, ...